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Miel Negra

I

¿sabes algo? Me encanta recorrer tu espalda con la punta de los labios. Rozandolos apenas con el calor que te cubre. Algunas veces siento que ni siquiera seria capaz de besarte. Escucho tu risa quebrando el silencio y después alguna palabra cualquiera que muchas veces no escucho. ¿sabes algo mas? ¿aun no lo sabes? ¿acaso no te das cuenta…?


II

Esta mañana desperte abrazandome a tu regazo. Tu sabor me recorria la lengua y escurria como gotas de miel negra a través de mi garganta buscando internarse en lo mas profundo de mi trastornada psique… Dulce-salado-amargo/tu sabor-el mio-tienes que marcharte… Te escucho azotar tus sienes una y otra vez contra las paredes hasta que cesas de moverte… y después… nada…


III

Yo se que no te gusta que te mire mientras me tocas.


IV

Hoy te acompañe a la iglesia a pedir entre rezos por nuestras almas. Yo ni siquiera tengo una para entregarla a un dios que no creo que exista… Prefiero entregartela a ti para que ella te resguarde del aire tan gelido que algunas veces se cuela a traves de la ventana de tu habitación. Abrígate por que esta noche hace mucho frio.


V

Me quede esperandote durante cuatro horas o quizas cinco. No perdi la cuenta de el tiempo. Es solo que no quiero saber cuanto estuve esperando para que me regalaras un instante de tu atención bendita. Se que ni siquiera valgo el que me mires de reojo. Hoy me hiciste que escupiera al piso después de haberte besado la planta de los pies. Se que hice mal, pero cuando te marchaste, me quede a lamer los restos saliva que habian quedado sobre las baldosas blancas; eso es algo que nunca voy a contarte, pues se que te enojaria muchisimo que te haya desobedecido la orden de mantener cualquier rastro de tu esencia fuera de mi cuerpo


VI

No se que tanto de la ciudad recorri el dia de hoy después de haberte mirado con ella de la mano. Camine y camine. Camine y camine. Hasta que un indigente me pidio una moneda a cambio de una oracion por mi alma. Le di todo lo que tenia en los bolsillos. El indigente se fue sonriendo mientras dejaba caer una pequeña bolsa de plastico transparente que contenia un rosario de madera roja. Lo recogi. Fui a dar a una parte de la ciudad donde nunca habia estado antes. Alguien mas anunciaba la Parusia una y otra vez mientras un niño de ojos grises lo miraba con curiosidad. Decidi quedarme a dormir bajo el poste que sostenia el letrero de una gasolinera, me encogi sobre mi misma y trate de no pensarte.


VII

¿Sabes algo mas…?


VIII
El coserme los labios es lo mejor que pudiste haber hecho. Asi ya no te molestare mas con mi escandalosa barahúnda. Por favor no me quites los ojos… O por lo menos dejame solo uno… moriría de tristeza si de pronto ya no puedo verte. ¡Si quieres puedes cortarme los parpados! No me molestaría poder verte siempre.


IX
Te escucho arañando la puerta de mi habitación como tantas veces lo he hecho yo. Se me han desgastado tanto las uñas en tantos otros intentos. Me cubro el rostro con la cobija tibia y trato de no escucharte. Me acurruco y cubro mis oidos con las manos. Escucho tus empellones colericos y pausados… Mientras yo escondo entre las rodillas los ojos que ya no puedo cerrar. Mis labios se revientan gritando que ya pares… que no sigas… que tengo miedo… Y la puerta no cede.

X

Te haz quedado dormida a el pie de la puerta. Podria dar cualquier cosa por poder besar tu frente… Pero mis prosaicos belfos solo mancharian con carmin y ocre tu semblante.

XI

¿Me dejas acurrucarme sobre tu vientre?


XII

Ojos Turbios…
Labios Secos…
Piel Gris…
¿Tienes frio?
Déjame calentarte las manos con mi aliento.


XIII

He perdido la cuenta de los dias que llevas durmiendo. Y de el tiempo que llevo recostada sobre tu cuerpo. Yo se que no merezco que me beses… Ni que me roces… Yo tampoco soy capaz de acariciarte mas, por que seria una imprecación interrumpir tu sueño

Ishtar

I

Incertidumbre...
Azag -thot me ha besado... Mis ideas se entretejen como un par de hiedras resistiéndose la una a la otra. Cada delirio crece hasta casi volverse cierto. Mis orbitas apenas pueden mantenerse en su sitio quizas por gracia o por desgracia. Camino, me arrastro, vuelo tal vez ¿cuál es la diferencia?
¿Acaso esto es el Éter?
Escucho murmullos provenientes de mi entorno, lamentos, sollozos.
Presiono mis parpados pero aun así las visiones no se marchan.
Desearía eliminar todo rastro de conciencia en mi...
¿Ahora que hago?
¿Habrá sitio para cubrir mis despojos?

II

Fusión
Las visiones me persiguen, y nublan mis sentidos sin dejar apenas ocasión al respiro...
Solo la miro a ella con expresión vacía…
Permitiría que me arrancara la vida de tajo.
¡¿Por qué no me dejas en paz de una maldita vez?!
Se ha distorsionado mi sensación de fantasía y realidad; poéticamente se diría que ambos mundos son como el agua y aceite...
Yo ahora dudo de ello.
He visto mucho más de lo que un nigromante en sus últimos estadios de juicio aprobaría observar.

III

¿Soledad?
El piso se encuentra en un estado inmaculado. Y apenas demuestra la presencia de alguna persona que decidio acortar el trabajo a Cloto.
Algunas perlas de vidrio arrancadas a los ventanales.
Y ella… se entretiene caminando en espirales.
Séptima hija de una séptima hija...
Herencia, suerte ¿que más da?
El espejo se torno líquido y ella salto sobre mí.
Alicia esta gritando que la dejen sola.

IV

-Largate de mi vida.
Mi sombra me persiguió esta mañana.
Trato de violarme, y yo hubiera cedido; si no fuera por que tú la interrumpiste...
Has abierto las cortinas de la habitación. La oscuridad más profunda jamás podrá contra el más débil y delgado rayo de luz.

V

Me acechan.
Hoy bajo los tilos ha pasado de nuevo; busque un poco de su sombra; y me recosté bajo su cobijo.
Alicia…
Se coloco sobre de mi y pude contemplarla.
Es curioso, en esta ocasión se ha portado mucho mas amable.
Me ha mirado a los ojos y el alma se me desgarro, hay más miedo que malicia vertida en ella.
Un susurro busco refugio en mis oídos, algo muy parecido a el sonido de un hueso al romperse.
Deslizo su lengua fría entre mis labios y después nada mas.
Desperté de nuevo… o algo similar a ello…
Hay una cubierta de hojas de maple sobre mi cuerpo.
¿Sabes algo?... Me encanta el olor a peras recién cortadas

VI

¿Que me persigue?
Esta vez ha ido más lejos.
Yo corría…
Mi cuerpo desnudo sintió los labios del otoño cubriéndome de mimos…
Mientras ella me envolvía con sus brazos.
Habla en una lengua que no comprendo, apenas distingo el chasquido de sus labios.
Quise detenerme junto al rió a recobrar fuerzas pero ella no me dejo.
Tomo mis manos y me arrastro hasta que el cuerpo ya no tolero más dolor y perdí el sentido.
Me encadeno o algo así…
Tengo el pecho desgarrado y bañado en astillas, el mantillo del bosque esta plagado de guijarros.
Se me han incrustado en el cuerpo.

VII

Miedo
El cielo es hermoso visto desde la hondura del lago.
He vuelto en mí bajo el agua. ¿Incongruente?
Quizás, solo este a un paso de la psicosis...
Tengo miedo...
De verdad tengo mucho miedo…






VIII

Sal…
Su esencia se combino con la mia.
El olor es tan dulce como las manzanas cosechadas en otoño. Flote por los aires hasta topar contra un roble muy viejo…
Sal…
Alicia cubrió mi libídine con sus besos…
Se alimento de mí, y su etérea sonrisa se quedo grabada a fuego sobre mi frente como un segundo bautismo aun mas sacro…
Me envuelve el cuerpo con una gasa tejida por sus dedos y decorada aquí y allá con alguna incrustación de madreperla, ágata o marfil.
Caprichos.
Sal…
El busto deja fluir algunas gotas entre mis fiordos y el caudal crece hasta que mi paladar no soporta tanto deleite.
Y de golpe
Oleadas de rocío cubren tus labios que arrancados por la furia me amenazan.
Mientras un vortex palpita en mitad mi juicio. Dejando escapar algunas suplicas que ni siquiera encontraran eco en tus oídos…
…
¿Te gusta mi sabor?
Amo el bendito Maelström en el que mis ojos se pierden…
Amo tu aliento recorriéndome con ansias.

IX

¡Loada seas Morrigan!
Ella te ha traído a mi lado y me permite poder mirarte de nuevo.
Mi cuerpo aguarda tus caricias hace tanto…
Tus muslos tallados en granate hacen la envidia de Erilia y sus pilares pintados por el vuelo de millones de mariposas que se incrustan como divinos aguijones en los ojos de quien goza de la soledad…
Me permito llegar hasta tus plantas y sentir el privilegio de besarlas.
Y de pronto…
Me postro ante ti y te recibo…
Mientras escucho el lamento provocado a los faunos que mueren de envidia al contemplar como dibujas caminos nuevos en mi espalda.

X

Dulce madre no te alejes, de tu regazo jamás me apartes…
Dulces labios de licor y nectar.
Miel negra que brota de tu garganta y cubre mi dorso.



XI

Estoy atada a una viga de la casona de palidos visos.
Alicia sonríe y llora…
Una soga lastima mis senos y los obliga a desear tus caricias.
Te acercas a mi…
Tu cabeza se tambalea como un giroscopio. La percibo vibrando como las alas de una escarabajo azabache. Tiembla…
Y mi temor aflora.
Ragnarok…