VON_MELKOR/VON_DUBEN

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:58 am

Paroxismo

Entre las plenitudes del silencio,
donde el grito se mece mas allá de la ausencia,
bajo volcanes de gélido invierno,
sellé embustero corazón, fugaz destello,
extinguiéndose entre miedos y sol tinto,
adornado de viejo terciopelo infame,
sujeto yo a la caída de una mortal estrella.

Te tomo -oh misantropa alma mía-
por el vestido de ilusiones rasgadas,
una cuerda que escapa de tus labios,
un triste acordeón que esconde la mirada,
y te arrastro ramera sin cielo,
otoño sin hojas que blandir,
con un soplo sin aliento,
donde el tiempo sin tiempo no es cruz,
mi paroxismo.

¿Que dirás oh espíritu mío siempre humillado
a las ufanas cadenas que enlazan tus alas a los Ángeles caídos?
¡Cuánto siembras olvido,
sucio aire delator, tu, fatal vacío!
¿que dirán los dioses que han expuesto su pupila
a la indiferencia en ausencia de un oculto motivo?
¡Tu eres mío pánico nocturno,
amargo sabor del mas lúgubre abismo!
¿y sabes algo?
la yugular tiembla ante la navaja,
el suicidio aun es presentimiento…

Entonces, oh, te podré amar frente a los títeres que han tenido cuerpo,
donde el duende es un arrogante gigante,
donde la ninfa no desnuda sus pétalos por infalible llanto.

Mira hacia la ventana,
¿Qué ves?
¿el viento? ¿perfumes negros? ¿nuestro canto melancólico?
Dime,
¿sientes al igual que yo el espejo volar sin rumbo hacia el infinito?
¿Aun añoras el reflejo del acantilado sueño?

Conviértete en pájaro de humo,
átame del recuerdo y eterniza nuestra inmortalidad en el alba.

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:58 am

Un collar de sueños...

Vienes por mí en la milésima imagen de lo eterno,
con la luz que me desnuda y la epilepsia del delirio,
traes la nota roja,
el vestido de sombras, el que amo ceniciento,
con el desborde de tu cuerpo en el viento que me suspira
y, hambriento de límpido sueño, deriva estrellas que destellan en nuestro ocaso.

Romance tuyo es vigilia de flores al alba,
los besos que secreteaba en los muros, ahora envueltos de recuerdos,
olvidan el cielo que una caricia dormida me ha brindado.

Vienes con la noche, difunta en jazmines perfumados,
con los labios sueltos y tus cabellos libres, volando,
con el temblor en los pasos y la mirada alta,
dando un plenilunio al amor desolado tejido con lagrimas y alas de apolillados mirtos,
con el reflejo de mi canto ahogado y la fuga de tu nombre al exilio de mi melodía.

Es de saberse que en la caída aun te siento,
a la distancia, mudo, secuestrado,
en los decesos de mis dedos columpiando tu imagen escrita,
en las claras mañanas del ritual a la soledad
y los blandos atardeceres en tus brazos de inexistencia,
te siento,
con el collar que dispuse de sueños al mármol de tu cuello
en mis manos marchitas,
en la razón de estar,
en la locura de esperar,
en la incertidumbre de volar,
con los laureles que bordean tu cuerpo y, envuelto en diluvios,
se posa en mi ventana florecida de crisálidas,
las pestañas en otoño
y los huertos de los ebrios enamorados arrastrando la ira de los días,
en que, sin tenerme, contemplo tu silencio y duermo en el tiempo de la ausencia.

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:58 am

Vista perdida en el umbral de un abismo celeste

Florecen las nubes,
todo es etéreo,
yo cayendo o subiendo al abismo celeste estrellado con el perfecto diseño de labios
y perfumes de cuerpo,
su sombra dentro de mis dedos,
su mirada reflejando el atardecer bellísimo inexistente de mis sueños
sobre sus finísimos muslos.

Me sueñas…

Te siento como brisa invernal,
te deseo desnuda besando cada poro de mis alas,
representas diluvio,
¡oh enjambre de papel!
¡oh locura de cierta imagen!
tus desvaríos y virtudes,
los mares de tu ombligo,
los paisajes caídos de cada latido,
un beso de iluminada noche de prismas para tus ojos,
el rezo de la ausencia,
silencios,
lagrimas
y la visión de la existencia ahogada en cada cielo tuyo que se desliza por mis parpados
y el primer delirio…

Te sueño…

Mi ángel………………………………………………………….
mi sirena……………………………………….
quimera……………................
estrella...........
Guardarías los muros de cristal por sentirme caer de tus pestañas una y otra vez,
abrirías universos con la candidez escarlata de mi disfraz detrás del alma …

Lo siento como no sientes la luz…

Vacío divino,
belleza inaudita,
nunca fueron los astros de Eros el fúnebre aliento del poeta,
la inmortalidad tiembla con cada roce de tu lejanía.
(desesperanza, ¿ves? aun soy ángel de tu ocaso perdido…)

Se elevan los sueños… ¡Qué no daría por romperlos frente a tu silencio!

El edén marchitó… Yo aun baño los jardines que olvidaron mi nombre…

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:59 am

Circular

Para todo lo que me adelanta
se precipita tu imagen como una catarata de cielo,
se reajusta la sombra,
se da cuerda al reloj que nos sostiene
y mas allá del cristal,
buenos días a los fantasmas del desvelo.

Es raro,
no me agrada el café con el azúcar de tus labios,
tu acento de recuerdo me sobreviene en marea baja,
el éter es demasiado pequeño para la ruina de espacios
que nos vivimos frecuentando,
el cierzo trémula tu voz,
me rompe el delirio al Norte.

Pronto realizo un bosquejo innombrable de tu nombre,
pierdo las formas,
¿Quién es Dios?
Salúdalo por mí, musa mía,
que El bien te conoce
y bien te nombra todos los días de ausencia a constituirte.

Parece el viento tu cuerpo,
padece lo inmóvil tu tiempo,
transpiras a deidad flores liquidas de amalgamas celestes,
te liberas de la crisálida como haría un amor al odio de tierras en exilio,
creo que tu rostro se debate la noche
que busco por encontrarte,
tus pestañas en memorias de muerte que te quiero.

Es fascinante como transcurre el día,
encima hablaba de madrugada cuando de una mirada tropezó el ocaso
que guarda tus cabellos detrás de la oreja,
oh, y te ves tan pálida que un beso no vendría a mal
con ese incendio de tu boca,
pero hace frío
y es la hora de la nostalgia,
que porque no estas,
que como que en todo el poema no exististe,
que rasguño la guitarra con mis gritos de abandono
y luego placidamente lloro de posibilidad que nadie viniera.

Que ahora este momento que me vivo
te sostengo con brazo de raíz,
te ato a la rueda de Morfeo,
¡Qué día!
¿Qué si mejoró mi enfermedad?
Mírame, amor,
ya estoy durmiendo.

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 12:01 pm

Bienaventuranza

¡Venga la noche imparcial!
La estrella corrompida por un canto de sirenas
donde la mirada se disloca,
una multitud en río,
mundo de sombras,
infierno que nos reclama.

Como una cisterna
el lago observa el pletórico caer de los vientos
en melodía de un templo en llamas,
gráciles las figuras de metal rehacen sus nombres,
la voz que dinamita oro,
mi voz que se roba en un cáliz de fuego.

Canto orlado de Naturaleza propia,
danza sideral de cuerpos en combate
donde la gloria rige al colapso de la razón.

¡Oh Cibeles, Diosa mía,
tus pies de arena trisnada yacen heridos
a nuestra catarsis de almas tendidas al olvido!

Todo se remonta a los cielos que aprisionaron
nuestros anhelos de infinita astenia,
nos sudamos, etéreos, los cuarzos de luna por un mar de tinieblas,
la alquimia que nos vuelve espíritu,

Satán Trismegisto en concierto de flautas celestes.

¡Oh y las nupcias consagradas de ruin botánica por mis parpados
donde todo brilla,
donde todo existe y es humano!

Todas las formas,
las leyes todas se liberan de la monarquía empírea,
todos conjuramos el delirio perpetuo del tiempo muriendo.

No hay ni un sol que establecer,
no hay un cadáver que palpitar,
ni un recuerdo que humedecer,
la poesía con la letra desnuda nos habla.

Y desde la torre más divisible
se puede ver como una mujer besa la mirada que la miraba,
oh, ¡¿Cómo levantarme, hermanos míos?!

La música,
las estaciones que se pierden,
la íntima oscuridad que se disipa.

Su romance más parecía a mi pecho
un sacrilegio de beber la cálida Estigia de sus labios.
Tornabase a la luz,
aurora al ocaso,
vestida en belleza, en reflejo de sueños,
ni el más emprendedor licor sabría
lo que es ahora el fruto dulce de mis miedos.

Este espectáculo de flores abiertas al crepúsculo
cual ambrosía terrenal,
tanto extasiaba mi sed de eternidad
como mi amor de siglos,
¡Tanta lluvia dorada habitaba mis venas
que si daba un sólo paso me perdía en la vasta claridad de la noche!

¡Oh relapsos de éter consumado,
mi sangre arde en un paraíso de vírgenes fábulas!

¡Oh santo padre de las bacanales,
que nunca marchite el reino de tus húmedos labios!

por **BIBLIOTECARIA (O)** Sáb Nov 01, 2008 12:47 pm

Mécanica de Venus

I

Tanto amor no se nace de espadas,
no se hace de independencia,
no es amorosamente democrático,
no es burgués o monarca,
anacrónico o de tiempo rodante, no,
se ordena por Alfa u Omega,
por constelaciones de besos que van a arroparte
cuando la hora se amanece
y lo eterno te nombra.

Hablo de la dicha enorme de una boca
con su escuadrón de palabras en vilo de mis labios,
que comienza por lo conocido,
llámese mujer sencillamente,
y termina por el mas lúcido sueño de una perpetua y extraña muerte.

Yo, Alejandro,
me lo condeno con todas las letras de mi verso;
esta orquídea tanto me abate,
serás hermosa,
el arte de imagen,
forma de los días.

II

Todavía asisto al funeral de la noche,
la encrucijada de los delirios que,
por mala ventura,
se ahogaron en tus cabellos
para dar raíz a las lágrimas.

Sol de renadíos,
no hay que extrañar las calles inmemoriales de los recuerdos,
los ecos que voz a voz sin vos te cantaron,
la glacial continuidad de la vida en tu vasto pecho de imperios destruidos,
corazón que sin latir conoce la sangre
y el silencio de los mundos
al dormir un casto amor de una nostalgia.

No necesito de un intempestivo invierno
eclipsado de soledades
para gritarte al universo el poderío de tu nombre,
belleza de menester martirio,
relámpago de viejas ternuras.

III

Todo nadie es una acuarela a tu paisaje de ojos encendidos,
de mañanas al alba de tus piernas.
sacrilegio enternecido por las maravillas de un Parnaso
a la arquitectura ancestral de tu cuerpo.

Todo rumor al viento
es tu acento de voz en triste río,
aquel que nunca a mis oídos despertaron
por vivir en el ensueño de tu melódica constante,
de tu indivisible forma en un vendaval de ilusiones
ya conocidas, ya muertas y vueltas a nacer;
campanario sonoro a un bálsamo de sombras.

Toda aroma es la Paris de tus asentamientos,
la brisa marina de las olas de tu cuerpo dándose al mío,
el perfume embriagador de una Circe tiránica
sin corsé para un alma de sutil respiro y dulzura innegable.
Suspiros de mi piel,
brasa invisible que me consume a la luz de los desamparados.

Todo amor es la eternidad de un sueño,
la huida hermosa de la realidad que nos sostiene de ser amados
de tanto amar el amor que se confiesa a un amarte de ocaso,
antes que el mismo amor
esta la pureza del amante que en tu propio amor muere
murmurando por silencios: Te amo.

IV

Augusta candidez de un poema imaginado,
abandono que de morirse renace preso de un delirio,
de un ciego encanto.
Sujeto me tiene un estacionario sentimiento,
arte de erizarme,
de hacer danzar los astros por cinco puntas
a la espera de un vestigio maravilloso e innombrable de tu forma.

Intemporal a ti,
con una memoria despreciable e ingenua
voy detrás de Amor,
irreversible ceniza de lo ya sucedido,
querella de silabas de una sola palabra que,
yo, Alejandro, me bautizo a declarártela
para una tormenta que devasta la Muerte…
Tanto que me es Amor, amor mío…

por **BIBLIOTECARIA (O)** Jue Ene 22, 2009 10:58 pm

La palpable continuidad de lo inaceptable

Bellas las largas noches somnolientas en la espalda de Atlante
y en los ojos iracundos de Argos,
en la presión arterial abovedada en los recintos sagrados de un nombre doliéndome,
mi brazo en el escenario mientras mi voz tiembla
y cedo la palabra, un talismán de sueños.

Que me disculpe Keats en este vigésimo invierno
la oscuridad es amena y apenas mi sangre se derrama en mis latidos
nubes de incienso
y un marlboro sabor a Hendrix.

Mi estado se delata, un viaje al estupor y no estás
donde la estación y la ausencia me amenaza de muerte
y me suplica un beso o un verso, desahogo a pulmón.

No volverá a verse la melancolía con ésta cara
y al espejo
y mi cabello echo hacia atrás,

no volverá el reino, éste, donde me son bellas las estrellas de humo,
donde una ráfaga de ojo se dibuja sobre el vidrio mojado de un flash de lágrimas
para la razón siempre distante
cuando florece la amalgama
y me eres bella en tus tintes sin preámbulos.

No lo sé...
Es la constante...