ELLA_LECABEL

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:27 am

Raven Song ( Ligth of my eyes)...

¿Acaso hay forma de escapar del tiempo?
Te derrumbas por dentro,
colina de cristal, entre mis manos
y el grito no compite con el sueño
y el fuego continúa trepidando en tu boca.
Histeria de no ser más que el delirio
de un dios que te ha plagiado de otro sueño,
y tuerce entre sus dedos tus entrañas…

Luz de mis ojos, huye…
Mi amor es como un vientre despojado,
un puñal lacerante
hundido en el tortuoso corazón
que no sabe de cielos ni belleza.
Mi solitaria espora
sin gineceo de albas esperanzas
no espera la mañana ni la muerte,
sólo abraza la sombra, ya no lucha,
por que no puede detener su frío.

Ah! Mujer diminuta…
Pequeña loba dentro de tus venas…
La sangre movediza te sumerge
en un rito de inviernos y fragancias,
de placebos de besos y lóbregas caricias,
y te vence su astucia recordándote
tus barrotes de piel, tus cobardías,
y acabas por no ser sino silencio…

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:27 am

CUADROS

Me he visto ahogarme en mares de gardenias
goteando trementina los cabellos
ceñida al óleo dulce de sus pétalos albos,
muy quieta… eternizada
sobre el lienzo luctuoso del hastío.

Me he visto adormecida en mis adentros,
aromada la piel en utopías,
coloreados en sepia los paisajes del alma
que cuelgan del vacío de mis cuencas…

Me he visto caminando entre fantasmas,
serena y resignados los deseos;
ataviada de ocasos harapientos
la sangre… y los sentidos
flotando yertos en la brisa errante
que fluye de mis labios a la muerte.

Sin que temblara el pulso,
me he visto irme amando
las corolas gozosas de un futuro distante
que busca mi mirada y la desviste
tiernamente de gris con sus promesas…

Sería tan fácil detener el tiempo,
tan dulce el beso de la eterna sombra…
Pero me se cobarde. Entre tus brazos
me detiene la risa burlona de la vida
y sin una protesta, yo me quedo…

Porque también me he visto amar en el silencio,
o reventar los tímpanos del aire
con las imprecaciones del fuego contenido
en los párpados crueles del anhelo
si es que tu voz me llama
desde su propio abismo

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:27 am

Entre Tú y yo

Cómo no ser de idilios tormentosos
entre la piel irracional y el alma
sedienta de verdades,
cómo no ser de viento en las arenas
resecas de la voz, o ser de tumbas
para las ilusiones.
Cómo no ser de Acasos en los ríos
que no detienen su rumor constante
en la raíz de un sueño,
si de cenizas del Edén fue escrita
la sombra indicativa de mi nombre:
sólo vida pasada.

¿Y mandas tus heraldos en mi busca
cuando me has desechado del futuro
antes de mi venida?
¡Ah, padre Cruel! ¡Como quemaba el llanto
la inocente pupila consternada
cuando la primer muerte!
¡Cuan permeable al dolor de lo imposible
el brío adolescente, encadenado
a una noche perpetua!
¿Y aún blandes tu Soberbia en la promesa
tejida de mentiras con que alfombras
mi camino a la Nada?

Mira mis ojos: sima ensangrentada,
Gehena de alas truncas, laberinto
sembrado de puñales.
Mira mis pies… anclados en la infame
locura de los días de cemento,
sin huellas tras los pasos.
Y si aun no lloraras por tu obra
y aun tuvieras la pérfida malicia
de llamarme a tu vera
desde el Gólgota acervo en mis heridas
donde mil cruces de tu Amor me cargas,
yo te condeno, Padre:
mira este corazón… gheto del ansia
que destila las hieles de tu olvido
en fútiles poemas.

Cómo no ser de idilios tormentosos
entre la piel irracional y el alma
sedienta de verdades,
cómo no ser de viento en las arenas
resecas de la voz, o ser de tumbas
para las ilusiones.
Cómo no ser de Acasos en los ríos
que no detienen su rumor constante
en la raíz de un sueño,
si de cenizas del Edén fue escrita
la sombra indicativa de mi nombre:
sólo vida pasada.

¿Y mandas tus heraldos en mi busca
cuando me has desechado del futuro
antes de mi venida?
¡Ah, padre Cruel! ¡Como quemaba el llanto
la inocente pupila consternada
cuando la primer muerte!
¡Cuan permeable al dolor de lo imposible
el brío adolescente, encadenado
a una noche perpetua!
¿Y aún blandes tu Soberbia en la promesa
tejida de mentiras con que alfombras
mi camino a la Nada?

Mira mis ojos: sima ensangrentada,
Gehena de alas truncas, laberinto
sembrado de puñales.
Mira mis pies… anclados en la infame
locura de los días de cemento,
sin huellas tras los pasos.
Y si aun no lloraras por tu obra
y aun tuvieras la pérfida malicia
de llamarme a tu vera
desde el Gólgota acervo en mis heridas
donde mil cruces de tu Amor me cargas,
yo te condeno, Padre:
mira este corazón… gheto del ansia
que destila las hieles de tu olvido
en fútiles poemas.

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:29 am

Regreso IV

He caído ante mí…
de rodillas al borde de los sueños.

En esta fiebre impropia y desgastada
de tanto pedregal entre las nubes,
comprendo que habían muerto aún no natos
y en el vientre perverso de los miedos
desecharon el brillo de mis ojos
(yo creí que era cielo
el fango nauseabundo en que volaba).

Regreso, humana forma en la que habito,
tal como soy y puedo:
un músculo que late acompasando
el fluir de los témpanos de sangre
dentro de un continente de miserias
que aprendió que vivir
requiere poco más que alimentarse…

Recuérdame el ayer…
Recuérdame quien fui para tus ojos
y abrázame otra vez,
para que, al menos hoy, una sonrisa
te de el rostro de mí que recordabas.

No temas…ven conmigo a lo profundo
de nuestra soledad insobornable.
Un poco más atrás… lejos del filo
que amenaza secar la última gota
de suave y delicada transparencia
(quizá con una lágrima nos baste
para no ser olvido eternamente).

Ven…escóndeme dentro…respiremos…
Inhalar…exhalar…rítmicamente…
Una vez y otra más… seamos una:
Indivisible Sombra, Alma y Sustancia.

¡Y no me dejes retornar al sueño!
No sea que nos quiten lo que queda
( si es que nos queda algo de esperanza)

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:29 am

Sedúceme...

Puedo aceptar tus rosas.
Puedo, también, maquillarme de paz para el encuentro.
Olvidar como hieren los colores
cuando pasa la lluvia y ese maldito sol nos acorrala
detrás de un arco iris.
Porque se que el amor, cuando es real, espera
y no se cansa de esperarnos nunca.

¡Mi perra maliciosa, cuanto te amo!

¡Ah, mi bella! ¡Sedúceme!
Báilame así, desnuda… que tengo para vos toda esta rabia
y voy a dártela a probar a sorbos
cuando mis pechos manen en tus labios
los últimos latidos…

¿Quién como tú me anhela?
¿Quién, mi monstruosa, me ha jurado antes
sin perderse su causa tras un sueño?
¿Quién merece mi cuerpo más que tú,
para cubrirlo de piedad y olvido
regresándolo al polvo?

Espérame, no dejes de nombrarme.
Y no toques la puerta suavemente…
¡Sólo penetra! ¡Entrame lasciva!
Ven cada noche hasta mis ojos, ciégalos
con la sed del placer cuando se esconde.

No hay en el universo quien pudiera alejarme con vida de tu boca.

Mi traicionera…
Hazme el amor antes de que las luces
de un nuevo día puedan deshonrarme
las virginales ganas de ser sólo
y mortalmente tuya.

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:30 am

Suicidio de mis ojos...

Abiertos como cántaros vacíos
acabarán quebrándose…
Los he visto esta noche, y tantas otras
en que todo el color
que hay en la oscuridad es de abandono
y es más sombrío aun el laberinto
donde buscan consuelo de una lágrima
que no llega, que escapa y se pervierte
en la soberbia extraña del que sufre
y no acepta el furor de su agonía.

Y ellos se aferran a una luz pretérita,
quizás imaginada… y quién supiese
como conjura al sol el que ya ha muerto,
si todos los matices se han rendido,
si las tonalidades de la sangre conjugaron la sombra
en la vacilación de los recuerdos.

Y quien supiera como detenerlos
en su abrupta caída
si no desean ver. Si la lumbre ficticia
pintada con palabras de vanidad ardiente
cauterizó los párpados
para que el escozor manara de odio
y acabara anegándolos
en una muerte más feroz, si cabe,
la de vivir unidos
al bermellón del beso envenenado
que les supo a ternura,
al azul ojeroso y desmayado regresando del sexo,
al negro inacabable de un adiós nunca dicho
y un reencuentro pactado en la premura
de los grises idiotas
que se acoplan a todos los paisajes
cuando el incendio se ha premeditado pues se ama la ceniza
más que a la libertad de las hogueras
de decidir su propio Apocalipsis.

Acabarán quebrándose, lo juro.
Yo lo se, los he visto tantas noches
elegir la ceguera,
dejarse consumir hasta extinguirse
para no verse llenos de la nada que dejaron los tuyos.

por **SEPI administracion** Vie Oct 31, 2008 11:30 am

Siloé

sólo hiciste el amor con una luz…

Enrique Lihn

Se busca en la estrechez de los sentidos
un hito entre la sangre coloquial
y el torrente de fuego que la impulsa,
vanamente, lo se,
y tal vez tarde me despide el sueño
para aceptar la insólita postura
de esta gris soledad
que se sienta en mi falda como un niño
a mamar mi vejez anticipada.

Se está ciego en la luz de una utopía,
y se elige rasgar las vestiduras,
cubrirse de cenizas los instantes
de presente, por esperar la Nada.
Yo esperaba el Amor
para justificarme en la ceguera
de tanta vida muerta por mis manos.

Y no supe mirar con ojos blandos
el mundo que caía sobre mí.
Era la sombra a punto de romperse
en aquella promesa
que no traía un nombre,
sino la Eternidad sobre los labios.
Entonces no importaban
los látigos de hielo en las caricias
derramadas al viento,
ni voltearme a gemir sus nuevos golpes.

Se llega a la verdad después de hundirse
en los fulgores muertos de una estrella
si en el alba te ronda
el llanto de unas sábanas baldías.
Se mira atrás pero no vuelve el tiempo
si se ha hecho el amor con una farsa,
y no es agua de vida
la que baña al obseso de piedad:
Siloé es una ciénaga de sangre
estancada que quema en mis mejillas.

por **BIBLIOTECARIA (O)** Sáb Nov 01, 2008 1:01 pm

Szev.

Szev, no me despiertes…
Estoy sumida en mí,
y tú en mi angustia,
igual que en una boca sellada por el frío
de tu lengua imposible recorriéndola.

Szev, cierra los ojos.
Si me miras
arderán tus pestañas,
te crecerá mi mano de tu frente
y te hundiré las garras
en la mitad de un sueño.

Sé del dolor, Szev,
lo mismo que tú sabes del silencio.
Shhhh… No me despiertes… calla…
que ahora extiendo mis alas al abismo
y me desangro en lágrimas de odio.

No vuelvas a tocarme,
que se me abre la piel
y soy el grito de las dos cabezas
que van a devorarte los sentidos.

Mi loba ha copulado con el fuego,
mi dragón con el frío,
y puedo ver sus labios
mordiéndose los besos,
horadándose… mutuos… infranqueables.

Soy yo… Soy yo conmigo…
No me habites…
Szev… cierra los ojos,
Mi universo se enciende, soy estrella,
soy la vagina espuria de la noche,
y me introduzco en mí
para saciarme… sólo yo… caída.

Szev… no me despiertes.
No quiero que me veas
arrancando tus brazos con mis sombras…
Que no sepas
este aroma de pájaros ardiendo,
que crece de mis dedos
hasta el centro en que soy sólo la bestia.

por **BIBLIOTECARIA (O)** Sáb Nov 01, 2008 1:02 pm

Del vacío

Porque ha venido el tiempo a relevarnos
del pérfido mandato de las sombras
y deponen sus armas las Miserias,
dejo de mí el terror del vientre amargo,
la hiel de no tenerle.
Rasgo las vestiduras del olvido.
Con el llanto robado a la esperanza
perfumo los cabellos de la noche
y me acodo en los sueños a esperarle
desesperadamente.

Ah!¡ Metal de mi piel, cede a su boca!
¡Roca que no palpitas en mi pecho,
deslíete en el fuego de sus ojos!
¡Y tú, ternura rota en mi mirada,
dale lo que no tienes!
Porque no vuelvan los funestos ríos
de soledad y angustia a devorarnos
y las inicuas risas del averno
nos persigan los besos y los pasos,
en mi amor retenedle

Mío, como del cielo el frío austro
que corre libre, sin mediar azogues
que le aten la bravura y los instintos.
Mío en el don que arranca de sus venas
la sangre y me la cede
para regar la arena de mis labios.
Cuando anochece Mío, y Mío al borde
del infinito espacio en que se agolpan
las luces de los astros para ungirle
de pasiones la frente.

¡Tristeza, deja el lecho de mis párpados!
¡Mansedumbre en mi lengua, oculta el frío!
¡Voz que calla desiertos en mis senos
colora sus mejillas con tu canto!
Del vacío, traedle
tan Mío en la premura de sus manos
desentrañando púas clamorosas
del centro enmohecido de mi alma
que me habite en la sangre y la consuma
su vida hasta la muerte

por **BIBLIOTECARIA (O)** Sáb Nov 01, 2008 1:08 pm

Patetica.

Yo soy esa,
la que habla por las noches con sus manos
y urde un sueño de niebla entre las palmas
como si todo el mundo
cupiera entre esas líneas
que forman la inicial de una quimera,
pues ya no tiene nombre pronunciable
ni esperas que le arropen de los miedos
(él es ayer, es nunca y desvarío).

A veces soy la que se crucifica
en las doce estaciones de su piel
para observar de cerca y en silencio
como el grial de su vientre se vacía
(él es la sangre convertida en agua
que se inmoló en los labios del desierto)
y remacha los clavos, uno a uno,
para hundirse la lanza en el costado
una vez y otra más, hasta dormirse
de cansancio o tristeza
(ya no importa,
el seguirá tentándola a lanzarse
al abismo profundo de sus ojos).

Pero cuando amanece soy la otra:
la que quema sus cartas y sonríe,
la que borra mensajes en el móvil,
la que con displicencia
alza la voz para afirmar “Si, a veces…
a veces le recuerdo,
y no, ya no he sabido de su vida,
no viene cada noche a llamarme amor mío
ni a decirme que aun soy lo que le importa”
(él es la bruma que cubrió mi alma
en un pacto sagrado de silencios
que pudiera absolverme del pecado
de amar hasta morir antes de amarse).

Ahora es noche y aguardo
a que cuelgue el teléfono y regrese
con las manos calientes de otro cuerpo
para llevar el mío hasta el sepulcro
(él lo ha querido así… mantendré fija
mi mirada sobre la eternidad,
él siempre será muerte
y yo su sombra).